Ley de estatuto laboral de futbolistas profesionales
El temblor que promete convertirse en cataclismo dentro del fútbol chileno
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Fuente: Min. del Trabajo. |
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Ivo Basay. |
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Fuente: sifup.cl. |
A casi seis meses de su entrada en vigencia, la nueva ley laboral enfrenta a jugadores y dirigentes chilenos en una lucha que parece no dar tregua y menos después de la ampliación de cupos para extranjeros en los equipos nacionales.
Como “el terremoto del fútbol nacional” ha sido catalogada la nueva Ley de Estatuto Laboral de Futbolistas Profesionales. Para muchos, este sismo deportivo trae orden a una disciplina que, por décadas, careció de normativas jurídicas claras. Sin embargo, para las dirigencias de clubes, la regulación significará un serio problema, tarde o temprano. Pero ¿en qué consiste la ley? y ¿cómo afecta al balón pie nacional?
Bajo la numeración 20.178 se promulgó la Ley de Futbolistas Profesionales, en la que se estipulan los deberes y derechos de los clubes y sus trabajadores, es decir los futbolistas, técnicos, preparadores físicos, médicos y todos los que tengan una actividad conexa. Este giro normativo protege los derechos previsionales y de salud de los trabajadores, además de establecer un plazo máximo de 30 días para pagar los sueldos como en toda actividad remunerada, algo que, pese a las importantes sumas de dinero que se manejan en el fútbol, no siempre se cumplía. De la misma manera, la normativa también establece un plazo de 90 días para cumplir con los premios obtenidos por metas cumplidas, algo que, aunque parezca extraño, no siempre se consumaba en los tiempos acordados. No obstante, los cambios que mayor discusión han suscitado entre jugadores y clubes remiten al nuevo contrato y a los derechos de los equipos sobre los futbolistas formados en sus canteras.
Desde junio del presente año, todos los jugadores que cumplan 18 años deben ser contratados por su institución deportiva por un mínimo que va de una temporada a cinco años y en el caso que éstos renueven, no podrá ser por un período menor al anterior. Por otro lado, la ley entrega a las entidades deportivas que se dedican a la formación de jugadores, beneficios al momento de realizar las transferencias, junto con otorgar un 10% de la venta al transferido.
En total son 32 los equipos que se han sometido a la reglamentación, de éstos 21 pertenecen a primera división y 11 a segunda. Gran parte de ellos se transformarán pronto en Sociedades Anónimas Deportivas, como lo hizo Universidad de Chile y Colo Colo, por lo que tendrán que regularizar la situación salarial de sus jugadores lo antes posible.
El eje de la discusión
Tras cuatro años de tramitación parlamentaria, fue promulgado el Estatuto que formaliza la relación laboral en la industria del fútbol profesional. Sin embargo, a casi seis meses de la entrada en vigencia de la ley, los ánimos no se calman y las diputas sobre la nueva ley no dejan indiferente a nadie.
Corría 1998 cuando el Sindicato de Futbolistas Profesionales de Chile (Sifup) dio las primeras muestras de estar interesado en regular las relaciones de trabajo, así como las remuneraciones y la situación de los jugadores en los distintos clubes. Ese año la entidad presentó un convenio colectivo, que no llegó a buen puerto. Fue así como decidieron ir un paso más allá, razón por la que enviaron el proyecto directamente al Congreso.
Para el Sifup y sus dirigentes, encabezados por Carlos Soto, la ley representa un gran paso en la regulación de su labor. Sin embargo, la opinión que tienen la mayoría de los equipos del país es distinta; al menos, así lo plantea el dirigente de uno de los principales clubes de Chile. “La nueva ley tiene muchos baches y no está bien pensada. Además, si bien mejora en varios sentidos la situación de los futbolistas también los pone en un problema, porque muchos firmarán contratos por un año, con sueldos fijos bajísimos- más premios- siendo que ahora tienen sueldos fijos buenos”, comentó pidiendo mantener en reserva su identidad.
Para Ivo Basay, ex delantero de Colo Colo y actual director técnico de la Selección Nacional sub 18, la ley favorecerá sólo a algunos jugadores, específicamente a los “que pintan para crack, porque los clubes no se arriesgarán a contratar a un jugador si no tienen la esperanza de recuperar la inversión…además la normativa dañará gravemente las arcas de los equipos y, a largo plazo, generará cesantía”.
El fin de los contratos prorrogables es uno de los puntos de mayor conflicto. Desde ahora y con el final del torneo en unas semanas más, alrededor de 287 futbolistas quedarán con el pase en su poder, debido a que sus equipos los hicieron firmar contratos prorrogables. En esta situación se encuentran figuras como Giovanni Hernández, por quien Colo Colo pagó 800 mil dólares y José Contreras, por el que Huachipato canceló 300 mil dólares.
En relación a la imposibilidad de prorrogar los contratos, el abogado de Colo Colo, Guillermo Mackenna, señaló a The Moroso que “básicamente la ley establece que, a contar del 1 de junio, no se podrán renovar los contratos, pero esto no tiene efectos retroactivos, por lo tanto los contratos celebrados antes son válidos y la ley no los afecta… lo que posiblemente pasará es que a los clubes les será mucho mas difícil definir los plazos, es decir, el hecho de que sea un tiempo determinado va a generar nuevos plazos de contratación”.
Ante el difícil panorama que se avecina con la ley, el Sindicato de Futbolistas Profesionales ha intentado llevar un control. Es así como han solicitado a la Inspección del Trabajo visitar las instalaciones de diversos equipos nacionales, con el fin de constatar en terreno el cumplimiento de la normativa legal. En estos recorridos, Audax Italiano, Colo Colo, Santiago Morning, Unión Española, Universidad Católica y Universidad de Chile han sido los primeros clubes fiscalizados, donde quedó patente la ignorancia existente respecto al tema. De hecho, a fin de contrarrestar la desinformación de muchos jugadores y dirigentes, Carlos Soto, junto a la dirigencia del sindicato, han comenzado una gira nacional para interiorizar a los futbolistas, pues aun cuando no son los exclusivos beneficiarios de la ley, sí son los principales afectados.
¿Cesantía entre cadetes?
Otro punto que desató polémica fue la nueva situación de los ex cadetes. Con la nueva ormativa se pudo fin a la figura de los contratos a ex cadetes, lo que obliga a los equipos a contratar a los jugadores mayores de 18 años. Sin embargo, la antigua ley de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP), cambiada el pasado miércoles 21 de noviembre, permitía a los clubes tener sólo 25 jugadores profesionales por temporada, lo que dejaba fuera a gran parte de los cerca de 20 cadetes profesionales y 20 amateur. Es decir, por cada club, al menos 40 cadetes quedarían fuera del equipo, posiblemente completo, lo que se traduciría en la cesantía de cerca de 1.200 cadetes.
Para Wilfredo Sequeida, abogado y encargado de los Asuntos Legales de la ANFP, la nueva situación de los cadetes traerá beneficios tanto para los jóvenes como para los mismos equipos. “Al obligar a los clubes a escriturar el contrato, aún cuando pueda tener un costo mayor en un principio, en el mediano plazo se verá que quedan protegidos frente a cualquier intervención de terceros que pretendan llevarse a los jugadores jóvenes. Ciertamente se provocará un descenso en la cantidad de cadetes, pero como contrapartida, elevará el nivel de aquellos que efectivamente lleguen a formar parte de un determinado plantel”.
Según los principales clubes del país, en busca de una solución para esto se aprobó el aumento para extranjeros. Sin embargo, en el Sifup postulan que la decisión de subir el número de extranjeros por equipo de 4 a 7, sólo responde a una “reacción visceral”. En tanto, para Mackenna esto es absolutamente falso y da cuenta de la desinformación que hay sobre la materia. “Lo que se modificó fue el artículo 122, el cual establecía que cada club podía tener como máximo 25 jugadores profesionales. Sin embargo, desde ahora esto cambió y se estableció un mínimo de 12, sin existir un máximo. Por eso y como en cualquier empresa chilena, el 15% de los trabajadores puede ser extranjeros. Además agregó que “en la mayoría de los equipos hay alrededor de 50 trabajadores, por ende, como esta cifra aumentará, también lo hará el número de extranjeros, lo que en ningún caso irá en desmedro de los jugadores nacionales”.
Si bien la ley mejora considerablemente la situación laboral de los jugadores, conlleva una serie de consecuencias que podría crear serios problemas en el corto y largo plazo. Por el momento, sólo queda esperar para conocer cuáles serán los pasos a seguir, tanto de los jugadores como de las dirigencias de los equipos, especialmente ahora que se acerca fin de año y muchos jugadores deberán renegociar su permanencia en sus respectivos clubes.