MEDIOAMBIENTE
El amplio espacio de los productos orgánicos
A la conquista de un mercado ecológico

Incentivados por la creciente demanda de alimentos más saludables, diversos empresarios chilenos se ubican a la vanguardia de la oferta mundial, incluso ganando premios en importantes ferias europeas.

El Kiwi es uno de los principales productos orgánicos de Chile.
por Mauricio Monroy

El complejo sistema internacional que opera actualmente obliga a los diversos actores, ya sean estatales o particulares, a buscar nuevos espacios para poder competir en esta economía global. Los mercados tradicionales tienden a verse copados por una sobreoferta o por grandes grupos que, por los inmensos volúmenes de productividad que manejan, poseen la ventaja de abaratar costos, impidiendo de paso que pequeños empresarios puedan ingresar con reales posibilidades. Es por eso que nuevos productos, entre ellos los de tipo orgánico, aparecen como una alternativa más que interesante.

Muy asociado al tema ambiental, y a la preocupación cada vez mayor de las personas por alimentarse de manera más sana, es que estos productos orgánicos día a día van ganándose un lugar dentro de la oferta alimenticia a nivel mundial. En Chile, el asunto no escapa a lo que sucede principalmente en Europa y Estados Unidos.

Pero, ¿qué son los productos orgánicos?

El Servicio Agrícola y Ganadero de Chile (SAG) los define como el resultado de "un proceso productivo que, tanto en los métodos de cultivo como en la elaboración de los productos primarios, minimiza la utilización de compuestos de síntesis química, con el propósito de obtener alimentos carentes de sustancias que pudieran afectar el organismo humano".

Esto tiene su origen en la conciencia ecológica alcanzada en los países desarrollados, que ha incrementado en forma importante la demanda por alimentos sanos y naturales. En general, se entiende por este tipo de productos a:

- Vegetales que provienen de predios que han aplicado normas técnicas de cultivos orgánicos durante un período no inferior a 36 meses. La producción obtenida entre los meses trece y 36 es certificada como de transición orgánica.

- Animales, productos cárnicos y huevos, ya sean primarios o procesados, siempre que hayan sido obtenidos conforme a las normas técnicas de producción orgánica desde la gestación del animal.

- Productos lácteos logrados a lo menos doce meses después de iniciado el manejo orgánico del rubro.

- Productos apícolas obtenidos después de la segunda cosecha y transcurridos al menos doce meses de manejo orgánico del apiario.

- Productos fúngicos cultivados orgánicamente desde el inicio del ciclo propio de cada especie, es decir, con manejo orgánico desde el momento de la siembra del sustrato hasta el desarrollo completo de la estructura comestible.

- Productos silvestres recolectados en áreas no contaminadas claramente definidas y cuya extracción no ponga en riesgo el equilibrio del ecosistema, ni la sustentabilidad del recurso o de otras especies del mismo ecosistema.

Ventas de orgánicos en el mundo

Las cifras generalmente son categóricas a la hora de revisar algún tipo de fenómeno, y este caso no es la excepción. Para ejemplificar la importancia que adquieren los productos orgánicos en el mundo, según un informe que se basa en datos entregados por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y otras instituciones acreditadas en esta materia, hasta 1997 las ventas no superaban los once mil millones de dólares. Sin embargo, el mercado global de productos orgánicos alcanzó en 2001 un valor de venta de 26 mil millones de dólares.

Europa registró un alto crecimiento en la venta de estos alimentos, llegando a los 12 mil millones de dólares. Los principales mercados que aumentaron fueron Italia, Francia, Reino Unido y Alemania, siendo los germanos los de mayor desarrollo de la Unión Europea.

Sobre el Reino Unido, una información difundida por la organización británica Soil Association precisó que "un tercio de su población infantil está siendo alimentada con productos orgánicos". Pero el mercado más grande del mundo de productos orgánicos lo tiene Estados Unidos, donde las ventas de estos alimentos han aumentado a un ritmo anual de más de un 20 por ciento desde 1992.

Y para confirmar que se trata de un espacio poco explorado aún, las expectativas para los próximos cinco años son bastante promisorias, ya que se espera alcanzar los 80 mil millones de dólares en venta de productos orgánicos en los principales mercados del mundo.

El caso de Chile

Chile posee ventajas comparativas y condiciones agroecológicas casi únicas para la producción orgánica, por lo cual el éxito o el fracaso en la lucha por el nuevo mercado radicará en la inteligencia de los empresarios.

Claro que también hay competidores. Argentina y México, por ejemplo, cuentan con una ventaja que Chile no posee: estar en la lista de Terceros Países de la Unión Europea (UE). Eso significa que aquellos productos rotulados como orgánicos dentro de Argentina, pueden ingresar sin problemas a diferentes países europeos.

En Chile, pese a contar con un programa para el desarrollo de la agricultura orgánica, este sistema aún no es reconocido a nivel internacional. En octubre de 2000 se hizo la postulación oficial como país para ser considerado en la lista de Terceros Países por la (UE), que está actualmente en revisión por España y Portugal, naciones miembros designados para ello. Por ahora se necesita contar con una aprobación especial en cada país de destino para ingresar con los productos orgánicos, sin embargo, el tratado suscrito en mayo con la Unión Europea podría hacer más expedito el trámite.

El certificado que da cuenta del primer lugar en la BIOFACHEn cuanto a los productos, en Chile las empresas dedicadas al rubro orgánico presentan una amplia diversidad, y se concentran entre las regiones VI, VIII y X. Pero es un mercado nuevo y aún pequeño: más del 80% de las explotaciones son menores o iguales a 10 hectáreas, con una antigüedad menor a 5 años.

La oferta de productos orgánicos desde Chile se ha ampliado con el paso del tiempo. Actualmente, paltas, uvas, semillas, aceitunas e incluso vinos (Carmenere y Cabernet Sauvignon) se están abriendo paso en los mercados internacionales. Se trata de un sector emergente e innovador, que ha contado en sus proyectos con el respaldo del Fondo Nacional de Desarrollo Tecnológico y Productivo (Fontec), de CORFO (Corporación de Fomento de la Producción)

En el campo de la vitivinicultura, Concha y Toro es la primera viña que apostó por la utilización de tecnologías limpias tanto en el manejo orgánico de los viñedos como en el posterior proceso de vinificación en dos predios de la zona de Talca. "Por nuestra cuenta hicimos, además, un Carmenere orgánico que se dio en forma espectacular, al igual que el Cabernet Sauvignon. Ambos van a salir este año al mercado. Más adelante empezaremos a producir Chardonnay, en Casablanca", comentó a The Moroso Eduardo Holzapfel, jefe de Investigación, Desarrollo y Tecnología de la viña.

Los vinos han sido certificados como orgánicos por la empresa alemana BCF, lo que permite su comercialización a nivel internacional. Así se está ingresando a un mercado que cada vez cuenta con más adeptos, los que están dispuestos a pagar más por productos de mayor calidad. "Nuestra idea es producir buenos vinos que como mínimo tengan calidad tipo varietal. Esto porque es importante que cuando alguien compre un vino orgánico sea de calidad y lo vuelva a comprar", concluye Holzapfel.

La Viña Undurraga, por su parte, está en el proceso de transición para iniciar la producción de vinos orgánicos tras la vendimia de 2003. El proyecto comenzó en 1999 y la empresa calcula que en tres años más se logrará el certificado internacional de calidad orgánica, que en su caso se aplicará a la uva.

"En las viñas orgánicas no se debe aplicar ningún pesticida ni plaguicida. Su manejo se basa en productos naturales y en equilibrios biológicos, para impedir la aparición de hongos y otras enfermedades", dijo Francisco Valdivieso, gerente agrícola de Undurraga.

La superficie dedicada al proyecto, 12 hectáreas, es todavía marginal respecto de la extensión que cubren los viñedos. Asimismo, la producción de vino orgánico por hectárea sembrada es bastante menor que el rendimiento de las variedades convencionales, que llega a diez mil litros, señaló Valdivieso.

Ese factor determina un costo mayor de estos productos. Pero, según Valdivieso, "para nosotros, el vino orgánico es un tema de marketing. La posibilidad de colocar otro vino top en nuestro catálogo y ganar mercados. Vemos buenas posibilidades en Europa, donde demandan más productos naturales"

En otra área, Ignacio Álamos Jordán decidió cultivar en forma orgánica palta Hass, en la zona de Cabildo, Quinta Región, llegando a exportar este año más de 500 toneladas bajo la certificación de la prestigiosa compañía suiza-alemana IMO. "Cuando uno se ha criado en el campo se da cuenta de que la naturaleza tiene formas de mantener el equilibrio. Por eso queremos imitar su lógica de funcionamiento a través de los cultivos orgánicos", explicó Álamos.

Si bien los productos orgánicos en la actualidad pueden costar en promedio 25% más que los no orgánicos, la tendencia es que los precios se vayan nivelando. "El problema es que estamos hablando de una producción que tiene costos y riesgos más altos y su rendimiento es algo menor que la tradicional que usa plaguicidas o herbicidas. Pero, debido a su demanda, la ventaja es que una fruta orgánica hoy se vende antes de ser comercializada", señaló Jordán.

El gran orgullo de la producción orgánica chilena se consiguió el viernes 15 de febrero del presente año, cuando el cordero orgánico de la Región de Magallanes, de Frigorífico Sacor, obtuvo el premio al "Producto del Año" en la Feria Mundial de Productos Orgánicos más importante de Europa, Biofach, que se desarrolló en Nüremberg, Alemania.

El jurado del concurso -en el que participaron un centenar de nuevos productos orgánicos de los cinco continentes- estableció como primera consideración la calidad del producto, cuya degustación provocó admiración y elogiosos comentarios. En segunda instancia, se premió el concepto de región orientada hacia lo orgánico, preocupada de la preservación del medio ambiente con un relevante impacto social, que, en el caso de Sacor, influyó directamente en las exportaciones del producto a Europa, donde el tema es de creciente interés.

"El tema orgánico es un camino sin retorno. En la actualidad se ha tomado conciencia de consumir un producto seguro y amigable con el medio ambiente. En un futuro cercano, esto va a ser una norma", aseguró el gerente de Sacor, Rigoberto Bahamonde, trasluciendo en sus palabras una invitación a que los productores nacionales no teman en una inversión que, de ser puesta correctamente en práctica, no debería fallar dado por la curva ascendente que evidencia el comercio de estos productos.

Sitios relacionados:

http://www.fao.org