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pesar de ser la más pequeña en superficie, la Región
Metropolitana es la más poblada del país. Según
los datos preliminares del Censo 2002, dados a conocer por el Instituto
Nacional de Estadísticas (INE) en junio, sobre seis millones
de personas viven en ella. A su vez, más del 80% de los habitantes
se concentra en territorio urbano.
Es por ello
que muchas autoridades y reparticiones gubernamentales, especialmente
las que tienen que ver con la planificación estratégica
del crecimiento urbano, están preocupadas del tema y definiendo
políticas para encausar el desarrollo de las ciudades por
un camino sustentable, en armonía con el medio ambiente y
generar con ello una mejor calidad de vida para toda la población.
El secretario
regional del Ministerio de Planificación (Mideplán)
de la Región Metropolitana, Fredy Ponce, aclara que en esa
dependencia estatal trabajan con el concepto de desarrollo regional,
y no tanto con el de desarrollo urbano, por ser restrictivo. "Hablar
de desarrollo urbano significa inmediatamente negar la existencia
del otro mundo, el rural. Por tanto, es más justo considerar
el desarrollo de la región, integrando conceptos como la
urbanidad, la ruralidad, el medioambiente y la sociabilidad",
acota.
El concepto
que trabaja Mideplán, al hablar de Santiago, es el de una
ciudad prestadora de servicios, centro laboral, de estudios, atención
de salud, entre otras funciones, donde la sustentabilidad ambiental
y del entorno está dada por las provincias aledañas.
"A lo que estamos apostando es que la ciudad de Santiago resulte
más atractiva y amable, con ventajas tales como la cercanía
del mar o la cordillera", explica Ponce.
Aun cuando el
crecimiento de Santiago ha sido expansivo en los últimos
50 años, en el contexto de la región la dimensión
geográfica de esta ciudad es como un pequeño corazón
superpoblado en el centro de la Región Metropolitana. Entre
Puente Alto y La Florida hay sólo cinco kilómetros
de distancia, pero entre Batuco y Quilicura hay 20.
Esto, no obstante,
no significa que exista manga ancha para que Santiago siga extendiéndose,
subraya el Seremi, pero desvirtúa un poco las voces alarmistas
respecto de la sobrepoblación de la capital.
Mejorar la
fiscalización
Respecto del
crecimiento urbano hacia la periferia rural, Ponce advierte que
el sector privado ha utilizado subterfugios para sobrepasar las
leyes regulatorias de la edificación, especialmente en lo
referido a la ley de subdivisión de predios rústicos.
Esto ha sido posible porque existen actualmente normas que rigen
para las zonas urbanas y otras para las rurales.
Muchos de los
terrenos no poblados son agrícolas y deben mantenerse como
tales, asegura el secretario regional. "Nos interesa tener
un desarrollo inmobiliario y de la industria armónico, en
coherencia con las políticas nacionales y de acuerdo a la
normativa vigente", enfatiza. Sin embargo, según esta
normativa, un terreno inmerso en una zona rural puede ser subdividido
en parcelas de agrado de cinco mil metros, no sujetas a exigencias
específicas de urbanización, como sistemas de alcantarillado,
agua potable, calles pavimentadas, electrificación, etcétera.
Para regularizar
esta situación, se está trabajando en conjunto con
los ministerios de Vivienda, de Planificación y Agricultura
y la Comisión Nacional del Medio Ambiente. Se trata de modificar
los textos legales en lo concerniente a la regulación del
territorio, no ya urbano, sino regional, de manera de prohibir la
edificación en terrenos no aptos o no suficientemente regulados
y evitar de esta manera que se repitan escenas como las vividas
en Santiago durante el temporal de junio pasado y que dejó
en evidencia las deficiencias del crecimiento urbano de la capital.
Según
Ponce, la expansión hacia zonas rurales como Lampa o Batuco
y los consecuentes problemas de inundaciones de edificaciones de
alto costo, demuestran una falta de fiscalización, donde
las responsabilidades son compartidas, comenzando por las municipalidades,
que son las que emiten los permisos de edificación, pasando
por las mismas inmobiliarias, la falta de un texto legal más
preciso y adecuado a las actuales circunstancias y que involucra
también a las autoridades y ministerios con participación
en el tema, como Vivienda, Obras Públicas y Agricultura.
No obstante
esta regulación deficiente, el crecimiento del Gran Santiago
hacia la periferia en los últimos diez años, principalmente
en comunas como Quilicura (207%), Puente Alto (96%) y Maipú
(80%), se realizó bajo una adecuada supervisión de
los organismos pertinentes. Por tanto, se trata de un desarrollo
urbano responsable, aclara el seremi de Mideplán, agregando
que no es posible hablar de déficit de cobertura educacional
o de salud importantes, como han señalado algunas críticas.
Lo que es clave
a futuro es definir las reglas del juego, es decir, dar a conocer
cuáles son los requerimientos del desarrollo urbano a través
de un sistema transparente, donde las exigencias estén claramente
especificadas, como por ejemplo que haya buena capacidad vial, buena
accesibilidad, dos colegios cada diez mil personas, un consultorio
cada 50 mil habitantes, y si son más de cien mil, un hospital,
entre otros requisitos, subraya Ponce.
El
endémico déficit de áreas verdes
Una evaluación
efectuada en 1996 por el Departamento de Investigación y
Desarrollo (DID) de la Universidad de Chile, que analiza los diferentes
tipos de suelos de la Región Metropolitana, determinó
que el mayor porcentaje de la superficie requiere medidas de reparación
y protección de los ecosistemas naturales, a consecuencia
de la gran intervención antrópica en el territorio,
especialmente en el valle y la cordillera de la costa.
En las zonas
cordilleranas y precordilleranas, en tanto, prevalecen las necesidades
de protección, pues el crecimiento tiende hacia allá.
Esto significa que esta área debe resguardarse de futuros
y posibles quiebres de sus equilibrios ecológicos.
El proyecto
denominado Bases para el Ordenamiento Territorial Ambientalmente
Sustentable (OTAS) es, en este sentido, un programa de acción,
definido para un período de 20 años a partir del 2000,
que orienta respecto a cómo debe darse el crecimiento de
la Región Metropolitana. Es una especie de carta de navegación,
en el sentido que informa a las autoridades sobre cómo debe
diseñarse la expansión urbana, de manera de impulsar
un desarrollo sustentable. En este estudio se establece claramente
cuáles son las zonas más deterioradas, las que necesitan
programas de recuperación, o en las cuales es posible edificar
manteniendo ciertas exigencias.
En este marco
nace una nueva estrategia, implementada por el gobierno, para rehabilitar
áreas verdes en la capital, que invita a participar al sector
privado, agregando así una nueva política de recuperación
del medio ambiente, imposible de impulsar con recursos propios.
Si el Estado
dedicara todos sus recursos públicos a reforestar Santiago,
de manera de superar el déficit de áreas verdes que
padece, demoraría unos dos o tres años. En atención
a esta realidad, el gobierno dio a conocer las llamadas "zonas
café", que son aquéllas declaradas como aptas
para equipamiento, pero que carecen de áreas de esparcimiento.
El programa
consiste en autorizar el 20 por ciento de un determinado territorio
calificado como zona café, para proyectos inmobiliarios,
a cambio de que el restante 80 por ciento sea destinado a áreas
verdes.
Esta fórmula
permite resolver un problema grave que tiene la ciudad de Santiago,
sin que signifique un desembolso importante para el Estado, e involucra
a los privados en un negocio atractivo para ellos, pues se les autoriza
a edificar en terrenos a los cuales antes no tenían acceso,
a cambio de que contribuyan a recuperar el medioambiente.
Iniciativas
de este tipo, más la elaboración de un marco regulatorio
adaptado a las nuevas condiciones, contribuirán a enmarcar
el desarrollo de las regiones, en armonía con políticas
tendientes a mejorar la calidad de vida de la población,
asegura el secretario regional de Mideplán.
Sitios relacionados:
Ministerio
de Planificación y Cooperación
Comisión Nacional
de Medio Ambiente
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