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"Siento
que el gobierno se burla cuando llama a la gente con buenas ideas
a desarrollar sus proyectos, porque entre la burocracia y la falta
de créditos terminan por aplastar todos nuestros sueños",
declara angustiado Gerardo Merino (46), un microempresario que se
dedica desde hace años a comprar las bolsas que desechan
los grandes supermercados de La Serena, para vendérselas
a los coreanos del barrio Patronato, en Santiago, quienes luego
de picarlas, las reciclan.
Desde un principio,
Merino se percató de que el verdadero negocio lo hacían
los empresarios capitalinos, por lo que decidió que compraría
la máquina que pica y enfarda el nylon, para vender desde
su propia ciudad un producto más procesado, lo que además
de darle más ganancias, le permite negociar precios con otras
empresas.
Para lograr
sus sueños, lo primero que tuvo que hacer este serenense,
fue dar un nuevo orden a su unidad productiva, lo que significó
en su caso dejar de ver su actividad como un negocio semi-formal
y asociarse con otros microempresarios, para sumar las fuerzas necesarias
para salir adelante.
Pese a que ni
Merino ni sus nuevos socios, Raúl Fuentealba y Germán
Ríos, se manejaban en temas legales, recuerdan que decidieron
intentar crear solos su microempresa, ya que su pequeño capital
no les permitía pagar un asesor. "La experiencia fue
un desastre" señala riendo Ríos, pues "la
cantidad de trámites que debe realizar un simple mortal es
tan grande, que uno, desesperado al ver que no avanza, termina por
caer en manos de cualquier sinvergüenza".
Fuentealba,
por su parte, recuerda que habían transcurrido más
de dos meses y la tramitación de Megaplax, como llamaron
a su empresa, estaba entrampada en alguna oficina del edificio de
Impuestos Internos de la ciudad. "Como no pasaba nada, fuimos
a ver a un tipo que tenía pitutos en el servicio y otros
en la municipalidad... Fue una mala idea...", señala
Merino, ya que este personaje los estafó por más de
300 mil pesos antes de irse a Antofagasta.
Para el contador
auditor e ingeniero comercial de la Universidad de Chile, Juan Pablo
Guzmán, es muy importante que las autoridades comprendan
que en un país donde la gran mayoría de los puestos
de trabajo dependen de los micro, pequeños y medianos empresarios,
la tendencia debe ser a facilitar la creación de nuevas unidades
productivas, para lo que se requiere eliminar toda burocracia.
Lo
primero es lo primero...
El primer paso
para materializar todo proyecto empresarial es obvio... hay que
fundar la empresa. Los trámites dependerán de la calidad
del dueño.
Si se trata
de una persona jurídica es necesario constituirla a través
de una escritura pública, de la que más tarde un abogado
debe publicar un extracto en el Diario Oficial. Este último
documento contiene los datos más importantes, como la identificación
de los socios con nombres y cédulas de identidad, la dirección
de la empresa, su giro y el nombre real y de fantasía, si
lo tuviera. Finalmente, y para cumplir a cabalidad con el protocolo
que exige la ley, hay que inscribir la empresa en el Registro Nacional
de Comercio.
En el caso de
las personas naturales que son dueñas de una compañía,
basta con la inscripción de la empresa en el registro nacional.
En general,
éste es un trámite rápido, aunque algo caro,
pues los costos notariales tienen un valor que varía entre
el 2 y 2,5% del monto total del capital, lo que significa que con
un capital estimado de 10 millones de pesos, estos gastos no deberían
sobrepasar los 250 mil, como ocurrió en el caso de Megaplax.
Para estar bien con papi fisco...
La comuna en
que se encuentre la empresa determinará la oficina de Impuestos
Internos en que haya que solicitar la inscripción del RUT
y el inicio de actividades. Para ello se requiere la escritura pública
de la constitución de la sociedad, la concurrencia de los
socios con su cédula de identidad y el formulario 4415, que
sirve para fijar el domicilio de la persona jurídica y de
sus sucursales, si es que las hay.
Para fijar el
domicilio hay que presentar un certificado de avalúo a nombre
del propietario. Si la propiedad es arrendada, debe presentarse
el respectivo contrato de arriendo firmado ante notario y, finalmente,
hay que acreditarlo mediante una autorización escrita y debidamente
legalizada.
Una vez inscrito
en el SII, éste le entregará un RUT provisorio, que
tiene una duración de tres meses, hasta que llegue vía
correo el definitivo. Además, hay que solicitar a este servicio
la verificación de domicilio para que autoricen el timbraje
de documentos, lo que demorará más o menos quince
días.
Una vez autorizado
el timbraje, hay que presentarse por segunda vez en el SII con toda
la documentación para timbrar las facturas, guías
de despacho y todos los documentos necesarios. Hay que tener a la
mano la Cédula de Identidad, la última declaración
de impuestos y el formulario de timbramientos anteriores (requerida
sólo para quienes ya tienen movimientos previos), una autorización
ante notario para quien realiza el trámite, si es que lo
hace un representante de la sociedad, y el formulario 3215 correctamente
rellenado.
El permiso
municipal
Según
el encargado de patentes municipales de la comuna de Lo Prado, Ricardo
Larrea, "éste es uno de los trámites más
fáciles de realizar en este municipio, lo que no significa
que no tenga sus demoras". Agrega que durante la administración
edilicia del periodista Santiago del Campo, se han reorganizado
varias oficinas municipales para hacer más expeditas todas
las diligencias.
Sin embargo
Angélica González (56), se queja de que ya son cuatro
las veces que ha debido ir a la oficina que dirige Larrea antes
de que le otorgaran la patente que requería para formalizar
la improvisada ferretería nacida al fragor de la crisis económica
del país, que dejó hace nueve meses sin trabajo a
su marido Ernesto. "Una quiere hacer las cosas bien, pero parece
que les gusta que uno se quede trabajando ilegalmente. Si se tratara
de una botillería, seguro que corren para darme el dichoso
permiso".
Con plata
se compran huevos
Según
el presidente del Banco Estado, Jaime Estévez, "el primer
gran problema que deben enfrentar los emprendedores es cómo
financiar sus proyectos, para lo cual deben asumir riesgos. Como
muchos no se atreven, en la mayoría de los casos todo no
pasa de ser una buena idea".
Para facilitar
el acceso a los créditos a estas personas, el Banco Estado
creó en 1998 un sistema de líneas de créditos
preferenciales para microempresas, programa que cuenta en la actualidad
con más de 60 mil clientes. "En la mayoría de
los casos, quienes piden créditos son personas comunes que
detectan las necesidades que hay en su propio entorno, ahí
parte todo", señala Estévez, agregando que el
microcrédito es una herramienta efectiva para combatir la
extrema pobreza, en cuanto se reconocen como sujetos de créditos
a las personas de más bajos ingresos.
Pero a pesar
de que la banca privada ha manifestado su acuerdo para potenciar
el microcrédito a través de bajas tasas de interés,
los requisitos para acceder a la confianza de estas instituciones
aún son inalcanzables para muchas personas.
La
ley es letra muerta
En Chile, casi
tres millones de compatriotas saben lo que es estar fuera del circuito
financiero, pues la ley Dicom no ha producido los efectos esperados,
ya que poco antes de su entrada en vigencia la compañía
dueña de la base de datos, Equifax, la vendió a bancos,
financieras y casas comerciales, que la continúan usando
a pesar que la ley es clara en prohibirlo.
Según
el senador socialista Jaime Naranjo, tanto su partido como toda
la bancada oficialista hará lo posible por sancionar a las
empresas que usen esta información "para perpetuar las
viejas prácticas comerciales que tanto daño han hecho
a millones de chilenos". Para el parlamentario lo grave está
en que Dicom creó un círculo de pobreza del que la
gente común no puede salir. "Se mata en vida a las personas,
pues si muchas veces no pueden acceder a un trabajo, mucho menos
lo harán a un crédito que les permita salir de la
pobreza".
Para evitar
que aquellas personas que no pueden acceder a la banca formal caigan
en manos de usureros, hay instituciones privadas y públicas
que se dedican a prestar pequeñas cantidades a personas que
luchan por salir de la pobreza. El Banco de los Pobres es una de
ellas, y a pesar de que no opera formalmente en nuestro país,
su creador, Muhammad Yunis, demostró durante su visita realizada
el año pasado, las ventajas de este sistema alternativo,
que ya lleva más de 100 millones de clientes en el mundo.
En Chile, el
modelo ha sido seguido por el Ministerio de Planificación
Nacional (Mideplan), que bajo la conducción de Alejandra
Krauss, en cooperación con el Fondo de Solidaridad e Inversión
Social (Fosis), desarrolló un programa que a partir de agosto
del 2001, presta pequeñas cantidades a personas naturales
que crean empresas para salir de la pobreza, con un interés
de 1,6%, muy por debajo del 3 % que maneja la banca formal.
"Nuestro
banco también tiene un programa con intereses preferenciales
para las Pymes, que incluyen ventajas como la posibilidad de reformular
deudas y plazos de gracia", señaló Estévez.
"Todos los bancos del sistema tienen políticas similares,
pues buscan colocar sus créditos en un mercado altamente
competitivo, sobre todo en momentos en que la demanda está
fuertemente comprimida", explicó.
Para el ejecutivo
lo único que limita a un banco para aprobar un crédito
es la viabilidad de las empresas. "Si un proyecto es bueno,
no existe un banco que lo rechace"Agregó que "lo
que no entiende mucha gente es que deben primar los criterios técnicos
por sobre el entusiasmo, por grande que éste sea".
Sitios relacionados:
http://www.mideplan.cl
http://www.rebelion.cl
http://www.jmguzman.cl
Fotos:
http://www.lostiempos.com
http://www.daguilera.cl
http://www.laempresa.net
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