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Fútbol
chileno El balompié nacional afronta su peor momento institucional. Con uno de los dos equipos más populares en quiebra por segunda vez y el otro al borde de esta, y la mayoría con diversos problemas económicos, el sistema administrativo entra en crisis terminal. La única salida posible parece ser la Ley de Sociedades Anónimas. Sin embargo, la medida tiene partidarios y detractores. La cuenta final para el fútbol chileno ha llegado. Por Janisse Huambachano y Roberto Guidotti El miércoles 23 de enero del 2002 la Jueza Helga Marchant declaró a Colo Colo en quiebra. A pesar de ser el equipo con más títulos nacionales (23) y el con más logros internacionales, su situación económica no es estable. A finales de 2001, sus dependencias carecían de agua potable y luz y a los trabajadores del plantel (jugadores y funcionarios) se les debían varios meses de sueldos. Es por esto que la llegada del síndico Juan Carlos Saffie fue vista como si se tratara del Mesías.
¿Cómo se llegó a esta situación? La mayoría no duda en apuntar a Peter Dragicevic, ex presidente de Colo Colo, y a su directiva, quienes son acusados de evasión de impuestos en contratos entre el club y diversos jugadores, además de no haber tributado por los premios que Colo Colo hubiese recibido. Como dato ilustrativo, de la larga lista de acreedores que posee actualmente el equipo una gran parte de ellos corresponde a ex futbolistas de la administración Dragicevic, a los que en total el club adeuda más de dos mil millones de pesos, por concepto de sueldos, primas y premios. Una situación muy similar vive el archirival de los colocolinos, Universidad de Chile. Su caso es el más cercano al del equipo albo, ya que adeuda más de 5.000 millones, a la Tesorería General de la República. A pesar de eso, la jueza a cargo del proceso, Jenny Book, del Séptimo Juzgado Civil de Santiago, rechazó la petición de quiebra. Se especularon muchos motivos para esta decisión, aunque la causa real, a diferencia de Colo Colo es que la U habría acreditado un patrimonio avaluado en 1.200 millones correspondientes a la Ciudad Azul. Curiosamente, a comienzos de mayo de 2004, la situación de la U se ve demasiado similar a la que vivió Colo Colo a finales de 2001. A los jugadores se les deben dos meses de sueldos mientras que a los trabajadores del plantel, cuatro. Esto llevó al equipo a amenazar, en medida de protesta, con no jugar el martes 5 contra Universidad Católica. Las causas de la crisis Unos más otros menos, lo cierto es que la realidad que viven actualmente Colo- Colo y Universidad de Chile es el reflejo de la mayoría de los clubes profesionales del fútbol chileno. De los 32 equipos profesionales de primera y segunda división sólo seis de ellos cuentan con una situación económica solvente: Huachipato, Universidad Católica, Universidad de Concepción, Unión Española, Cobreloa y Cobresal. Sin embargo, el plato futbolístico nacional es diferente en el resto de los casos. Los males que aquejan a unos son, de una manera u otra, problemas de los otros: deudas diversas, ya sea de sueldos atrasados o millones adeudados a Impuestos Internos de directivas anteriores. Al año 2002 la suma de las deudas de los clubes más aproblemados sumaba 12 mil millones de pesos. La causa principal de esta debacle financiera es la falta de profesionalismo de quienes dirigen las instituciones. En opinión de Carlos Soto, Presidente del Sindicato de Futbolistas Profesionales, SIFUP, el sistema actual simplemente colapsó: “Esto obedece principalmente a la deficiencia en la estructura orgánica de estos clubes. Es la misma de hace 50 años. El fútbol es una actividad lucrativa, con fuerte ingreso de dinero, con merchandising, todos elementos desconocidos hace 20 años. Requiere un cambio”, dijo Soto a CTN.
La misma visión tiene Aldo Schiappacasse, periodista, profesor universitario y comentarista deportivo de Chilevisión, quien además de culpar a la mala administración por parte de los dirigentes asigna cierta responsabilidad a la pasividad del Estado en el tema. “Esta situación se debe a la patudez de los dirigentes, la falta de un sistema de control para las actividades que tuvieran que ver con el fútbol y la despreocupación de un organismo estatal al respecto.”
En el escenario actual, diversos sectores, han postulado como la solución más viable para el problema el cambio de personalidad jurídica de los clubes profesionales, de corporaciones de derecho privado a sociedades anónimas. Existe una Ley de Sociedades Anónimas Deportivas para el fútbol, de la cuál sólo falta su aprobación en el Senado. El jueves 29 de abril, representantes del equipo albo, ente los que se contaban a Alejandro Navarro, Patricio Hales, más los ex astros Carlos Caszely, Francisco "Chamaco" Valdés, Leonel Herrera, Severino Vasconcelos y Claudio Borghi, fueron hasta la Moneda para solicitar al ministro Francisco Vidal la condonación de la deuda que el club tiene con el Fisco. Según el diario “La Cuarta”, “abandonaron la reunión con la cara llena de risa”, ya que Vidal les dijo que el martes 4 de mayo le darían los últimos toques al proyecto, que estaría lista antes del 18 de septiembre de este año. Eso significaría que los socios de Colo Colo o de cualquier otro equipo podrán invertir en su club. Dicha legislación acarrea una serie de responsabilidades para quienes asuman los cargos y un marco jurídico distinto al actual, que implica un sistema de regulación inexistente hasta la fecha en la actividad. Para Soto, esta ley no es la panacea, pero es un paso muy significativo para mejorar la situación actual: ”Nosotros creemos que no va a solucionar todos los problemas pero va a ayudar muchísimo. Nadie puede asegurar que las sociedades anónimas tampoco van a quebrar pero van a haber mecanismos de fiscalización que evitarán situaciones como ésta en el futuro”, señaló. “A nosotros nos da lo mismo el color político y la visión económica que tengan. Nos interesa que venga gente responsable que tome el compromiso y que le dé otro aire al fútbol, que es lo que necesita” agregó. Hay otras voces que son más categóricas y que ven que el asunto no da para mucho tiempo más y que las sociedades anónimas, son la única solución viable a futuro. En diálogo con CTN, Schiappacasse sostuvo: ”No se ve futuro. Así como están los clubes hoy día no hay sobrevivencia, no hay actividad, yo calculo que en tres años se acaba todo. Con las sociedades anónimas por lo menos existe la posibilidad de que se pueda estructurar de otra manera”.
Para otros, esta solución no parece tan clara. Caszely, ex goleador de Colo Colo y la Selección Nacional, la ve como una buena receta pero no la única admitiendo que hay otras salidas”. “Yo creo que en algún momento, Colo Colo, la Chile o la Católica pueden convertirse en sociedades anónimas, pero sin desmerecer ¿habrían muchos privados en comprar acciones de algún equipo chico, considerando que actualmente Copiapó y Magallanes son S.A., y no han dado resultado”, acotó el “Chino” a CTN. No obstante, Caszely coincidió en que la Ley de Sociedades Anónimas es una medida que permitirá generar un clima de confianza en torno a la actividad: “Creo que las grandes empresas, se van a meter cuando vean una transparencia en el fútbol, que nadie se robe la plata. En Colo Colo hace dos años que están en estado de quiebras pero nadie ha dado ningún informe sobre dónde van a parar los dineros. Por eso lo que buscamos es transparencia”. Son los diferentes matices de una solución
que se ve como la más cercana para paliar la grave crisis
económica del balompié chileno, que comienza a vivir
su cuenta final. Mientras tanto, el hincha, como siempre, es el
más perjudicado. Sindicato
de Futbolistas Profesionales de Chile
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