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Feliciano Palma
Matus y Edgardo Batich Villarroel. Un dúo de temer a la hora
de hacer balances. Literalmente. La suma de sus fraudes tributarios
significó al fisco perder 70 mil millones de pesos. La mitad
de lo que hoy es necesario para implementar el plan de Acceso Universal
a Garantías Explícitas de salud (AUGE).
En 1987, Palma
Matus y su esposa, Margarita Germany, compraron la empresa Lozapenco.
Desde que se hicieron cargo de esta productora de sanitarios y menaje
manipularon dolosamente las declaraciones de impuestos y engrosaron
sus propios bolsillos.
Mientras Palma
dirigió Lozapenco, invirtió en un equipo de fútbol
homónimo. El cuadro pasó de la segunda a la primera
división chilena gracias a una buena campaña deportiva
y a la inyección de recursos. Además de empresario
Palma se convirtió en ídolo de Penco.
Nadie sospechó
que tras su benéfica y filantrópica actitud se escondió
el golfo más grande de la historia tributaria chilena. Las
exportaciones sobrevaloradas de sanitarios y palos de escoba le
granjearon 46 millones de dólares.
La estafa fue
detectada por el Servicio de Impuestos Internos (SII) en 1990. El
dueño de Lozapenco huyó a EE.UU., donde fue detenido
meses más tarde en un lujoso restorán de Manhattan
por agentes del FBI.
A juicio del
gerente del Colegio de Contadores, Miguel Ghilardi, el fraude tributario
de Lozapenco se dio porque ningún sistema (fiscalizador)
es infalible. El profesional, quien habló en exclusiva
para The Moroso, agregó que si bien es posible trampear
al sistema, esto no puede ser sostenido por mucho tiempo.
La picardía
de un supuesto empresario emprendedor, de esos que le gustan al
presidente de la Asociación de Exportadores Manufactureros
(Asexma) Roberto Fantuzzi, le costó una pena de cárcel
de siete años. Y por supuesto una sanción pecuniaria
del 300 por ciento del monto del dolo.
El segundo de
la lista es Edgardo Batich Villarroel, dueño de la empresa
Focus Chile Motores (FCM), cuyo giro comercial era armar camiones
para ser vendidos. Batich, también conocido como el rey
de la chatarra, evadió impuestos a la renta e IVA gracias
a una compleja operación que manejaba junto a otros colaboradores.
No sólo
contadores, sino que otros profesionales como abogados e ingenieros
comerciales pueden defraudar al fisco, advirtió Ghilardi.
Justamente los cómplices de Batich fueron el abogado Héctor
Novoa Vásquez y el ingeniero comercial Álex Jacob
Neder.
Según
consta en el expediente del caso, Batich, Neder y Novoa -hermano
del actual senador UDI Jovino Novoa- simularon ventas de piezas
de vehículos a particulares sin giro comercial. Los compradores
eran sólo empleados de confianza de la compañía.
Luego de recibir
las partes, los palos blancos armaban los camiones y
los inscribían a su nombre en el registro de vehículos
motorizados. Una vez terminada esta diligencia, los móviles
eran vendidos como vehículos usados también entre
particulares. Compraventa que no devenga IVA. Pero los de FCM eran
nuevecitos de paquete.
El IVA de las
compraventas nunca fue declarado. El proceso judicial contra Batich
y compañía se inició en diciembre del año
92 bajo la investigación del juez Humberto Villavicencio.
Batich, quien
es primo del traficante de armas Monzer Al Kassar, escapó
a EE.UU. y sólo se entregó a la justicia cinco años
más tarde. El magistrado Villavicencio condenó en
1997 al dueño de FCM a 900 días de presidio, más
una multa de 169 millones de pesos.
La condena,
confirmada por la Tercera Sala de la Corte de Apelaciones de San
Miguel en 1999, alcanzó también a Novoa Vásquez
y a Jacob Neder. El monto de la evasión fue de mil millones
de pesos.
El
más grande
Aunque todavía
no está probado legalmente en los tribunales de justicia,
la medalla al fraude tributario más grande de Chile estaría
en manos de la empresa distribuidora Rabié.
Según
una denuncia de su ex contralor, Humberto Contreras Anguita, esta
compañía hizo inversiones sin declararlas. Aunque
el SII tiene la facultad de investigar esta información sólo
puede rastrear los ejercicios de la distribuidora hasta cinco años
hacia atrás. En este período los impuestos no pagados
ascenderían a 35 mil millones de pesos.
The Moroso se
contactó con el SII para conseguir los detalles de la acusación.
Sin embargo, el servicio nunca respondió.
Rabié
provee de productos al comercio detallista nacional. Sus operaciones
se extienden desde Antofagasta hasta Castro. La historia de este
negocio familiar se remonta al nacimiento de una paquetería
que en 1902 inauguró Jorge Rabié Davani en Chillán.
Los ilícitos
presuntamente cometidos por la entidad comercial serían retiros
no declarados, mal manejo del IVA y ajustes mañosos de salarios.
Los antecedentes
aportados por Contreras al diario electrónico El Mostrador
acusan a los dueños de Rabié de tomar parte de las
ganancias de la empresa para invertir en otros negocios sin declararlos
ante el SII. Como auditor de Rabié, Contreras sabía
de estas acciones y por lo demás estaba de acuerdo.
El perfil de
los auditores, según Ghilardi, apunta a dar garantías
a la fe pública. El caso de Contreras traspasó esos
límites contradiciendo los principios morales de su actividad.
La ley 19.738,
promulgada en junio del año pasado, combate la evasión
tributaria y concede más rigurosidad a la inspección
de las declaraciones de los contribuyentes. El gobierno estimó
que se recaudarán anualmente 5 mil 200 millones de pesos
más que antes de la norma.
Algo que para
Ghilardi no es tan taxativo. Las cosas no se solucionan por
ley, y añade que aquí en Chile es muy
conocida la regla: salió la ley y salió también
la pillería de la ley.
Evasión
sin sanción
El ministro
de Hacienda, Nicolás Eyzaguirre, dijo que la ley es igual
para todos, ante la petición de los dirigentes de la Asociación
Nacional de Fútbol Profesional (ANFP) de condonar las deudas
tributarias de los clubes deportivos profesionales.
Sin embargo,
la realidad contradice al ministro, ya que la legislación
hace distingos que perjudican la recolección de recursos
por parte del Estado. Es lo que se llama elusión de impuestos.
El sector económico
que más incide en el Producto Interno Bruto (PIB) de Chile
es el minero. Cerca del 40 por ciento de los ingresos fiscales provienen
de los resultados de inversiones nacionales y extranjeras en este
campo.
Durante el régimen
militar del general Augusto Pinochet se dictó el decreto
ley número 600 que permitió acelerar la depreciación
de los activos fijos de las empresas para incentivar la inversión
extranjera.
Estos activos
son, entre otros, maquinarias y vehículos. Como estos se
desvalorizan con el paso del tiempo provocan una disminución
de las utilidades y, por consiguiente, de impuestos.
La
desvalorización, según el economista de la fundación
Terram, Cristián Gutiérrez, se produce en un plazo
de 20 años. Con el DL 600 las dos décadas se transforman
en tres años mermando las utilidades y la recaudación
de impuestos.
Las firmas mineras
que trabajan en Chile, tanto nacionales como foráneas, utilizan
un gran número de estos activos y por lo mismo son directamente
beneficiarias del DL 600. En declaraciones a esta revista, Gutiérrez
definió esta norma como un subsidio tremendo
a estas compañías.
Aunque es emblemático
el caso de estas empresas por ser Chile un país minero, no
se las puede estigmatizar sólo a ellas. El profesional admitió
que prácticamente todas las empresas lo hacen.
Respecto a si
la evasión y la elusión de gabelas es lo mismo en
términos éticos, existen dos posturas. Para Ghilardi
son distintas porque mientras la evasión es derechamente
evitar algo, la elusión es buscar el resquicio
(legal) para eludir el pago de tributo. El economista de Terram
opinó que es lo mismo.
Las cifras de
esta licencia tributaria aminoran los recursos que el fisco puede
recabar para planes sociales como el plan AUGE.
El presidente
de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), Arturo Martínez,
opinó en radio Cooperativa que los recursos para este plan
deben venir de nuevos impuestos a las empresas mineras.
Coincidente
con la propuesta de Martínez se mostró Gutiérrez,
aunque menos esperanzado, por cuanto para modificar el DL 600 se
necesita de voluntad política inexistente en
los parlamentarios.
Ya sea dentro
o fuera de la ley los impuestos se evaden y el costo de ello lo
pagan los chilenos más necesitados. Áreas como la
salud, educación y vivienda se quedan sin recursos para llegar
a quienes lo demandan.
Sitios Relacionados:
http://www.terram.cl
http://www.bcn.cl
Fotos:
www.sonami.cl
www.rabie.cl
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