Televisión Nacional de Chile
El rol público del Canal de Todos
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Cristóbal Valenzuela, ex representante de los trabajadores en el directorio de Televisión Nacional de Chile |
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El rol que debe tener la televisión pública frente a la cada vez mayor comercialización de los contenidos, es un tema en constante debate. La singularidad de TVN como el único canal público chileno lo califica para ser analizado bajo este punto de vista, dentro del cual se discuten los estándares de calidad que el canal de todos debería tener.
La televisión se ha posicionado como el medio con más influencia sobre las masas; de ahí la importancia del rol que debe cumplir. Y si bien la TV tiene un carácter público y otro comercial, el primero es, por excelencia, el encargado de velar por los intereses de la ciudadanía y de entregar programación de calidad a su público.
Según Cristóbal Valenzuela, ex integrante del directorio de TVN y actual reportero de “24 horas”, se puede definir un canal público desde tres perspectivas: la legal, donde al ser público se rige bajo la ley –basada en el resguardo del pluralismo-; desde las pautas editoriales, que define las orientaciones de la parrilla programática y una tercera generada por la audiencia mediante el debate ciudadano.
Dentro de estas tres, la figura que más destaca es el público; que también es, el protagonista principal de la televisión comercial. La diferencia es que “una se fija en los ingresos publicitarios que le permiten ganar plata y la otra en elevar los niveles de participación y conciencia ciudadana, donde el factor de los ingresos económicos no son relevantes”, aclara Valenzuela.
El modelo público tiene su máximo exponente en la BBC británica. Se financia casi completamente por un impuesto, donde cada hogar paga alrededor de 50 mil pesos chilenos al año por el derecho de tener un televisor. Esto le permite otorgar una programación que la diferencia de sus competidores, que es de contenido y de calidad.
El modelo puramente comercial –del cual su mayor exponente es el norteamericano, “desarrollado como un negocio, es un sistema más competitivo y que ofrece menos diversidad. La búsqueda de la audiencia trae efectos indeseables como la espectacularización de las noticias y el empobrecimiento del debate cívico”, advierte Sergio Godoy Etcheverry, periodista especializado en la investigación de medios audiovisuales (TV y radio) y multimedios, en su publicación “¿Para qué sirve Televisión Nacional?
La TV pública de Chile
El caso de TVN es bastante particular. Aunque es propiedad del estado, y por ende le pertenece a todos los chilenos, al mismo tiempo la ley 19.172 le otorga autonomía, siendo financiada por privados. Según Godoy, “TVN es un híbrido con características peculiares, a medio camino entre la televisión pública al estilo europeo y la televisión comercial al estilo norteamericano”.
Para Sergio campos, Director de Extensión del ICEI, que la televisión pública esté involucrada en el negocio es una cuestión muy compleja, ya que muchas veces lo referido al servicio público no es negocio. Por ello cuando un programa no genera ganancias es excluido o deja de existir.
Según Godoy, los que mayormente sufren estas consecuencias son los programas generados por la industria cultural chilena. Condenados a morir debido a los altos costos de adquisición –en comparación a programas extranjeros- y a los pocos recursos de financiamiento.
Aunque el Consejo Nacional de Televisión (CNTV) genera un fondo para el financiamiento de programas de interés público (prioritariamente culturales), éste aporta sólo una mínima parte en comparación a lo que genera la industria televisiva: 971 millones de pesos de los 172.000 millones en 2005, correspondiente al 0,56% de dicha cifra.
Televisión de calidad: tema pendiente
La televisión con su influencia sobre las masas, ha tomado un rol fundamental: reflejar la sociedad que queremos construir. Es por esto - advierte el profesor Campos- que hay que pensar sobre el tipo de televisión que se está haciendo y cuáles son sus fines. “La diferencia esencial está en si hacemos una televisión para los ciudadanos o los consumidores”.
A pesar de que lo público debe marcar la pauta, el financiamiento meramente comercial impone un tipo de programación que no permite diferenciar a canal 7 de los competidores privados, afirma Godoy. El cuestionamiento apunta a que: al regirse por las leyes del mercado y, principalmente por el rating, ¿Pueden cumplirse los objetivos públicos?
Faride Zerán, ex- integrante del directorio de canal 7 y actual Directora de nuestro Instituto, es categórica al responder: “La ausencia de programas culturales o de debate, y la existencia de un noticiero que prioriza la crónica roja, los asaltos, o el deporte, profundizan esta convicción de que TVN no cumple ni con el espíritu de la ley con la que fue creada, y menos con las orientaciones programáticas que la rigen”.
Para Valenzuela, en cambio, “TVN –en líneas generales- cumple con sus orientaciones programáticas”, que se basan en la misión propuesta por el canal, como favorecer la integración de la nación en la diversidad y el pluralismo, incentivar la comunicación entre los ciudadanos, promover el crecimiento y desarrollo personal de los chilenos, entre otros. Sin embargo, acota que “hay, sin duda, enormes demandas insatisfechas. Pero en una parrilla acotada por los tiempos, en donde el factor de autofinanciamiento es esencial, queda un espacio muy grande para que la insatisfacción cunda”.
El debate sobre la programación que debe ofrecer un canal público apunta a este hecho. Para Faride Zerán, la discusión en torno a TVN, a sus contenidos, a sus omisiones, censuras y silencios son materia de conversación ciudadana, a lo que Sergio Campos agrega “los diversos sectores de la sociedad deben establecer qué tipo programación queremos para un canal que nos pertenece a todos los chilenos”.
Un Poco de Historia |
TVN nace un 24 de octubre de 1970, definido como un canal estatal, dependiente del gobierno. Las transmisiones inauguradas el 18 de Septiembre de 1969 mostraban un tipo de televisión universitaria sin fines de lucro, con programas orientados por las casas de estudios, quienes adquirían los canales a través de concesiones.
Luego de la dictadura, se abrieron las licencias a privados, quienes solicitaron los permisos para instalar sus propias instituciones; naciendo así la televisión comercial. En TVN las consecuencias no se hicieron esperar. En 1992 se decretó la ley 19.132 que modificó el estatuto jurídico de Televisión Nacional de Chile, definiéndola como una “entidad autónoma del Estado, de carácter público”, que además deberá autofinanciarse.
La ley, a su vez, entrega el directorio a siete miembros propuestos por el Presidente de la República -quien deberá cuidar de que quede integrado en forma pluralista-, y posteriormente aprobados por el Senado. Además los trabajadores eligen por votación directa un representante con derecho a voz. Entre éstos se deciden las orientaciones programáticas del canal. |
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Texto: Gina Norambuena |
Fecha
de publicación:
Viernes 26 de mayo, 2006 |
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