Bárbaras
expresiones culturales
El toreo
nació en España como entretención de la nobleza,para
con el paso del tiempo llegar a ser un espectáculo popular,una
suerte de fiesta colectiva en la cual el perfume de la sangre, de
la virilidad y del riesgo mortal permiten el goce más amoral
de hombres y mujeres. Nadie se acuerda al disfrutar de una verónica
que el animal que se entrega a esta danza está sufriendo
y muriendo sin más motivo que la diversión de los
hombres.
Por
Gonzalo Triviños
Para Federico
García Lorca el toreo es "el único sitio adonde
se va con la seguridad de ver la muerte rodeada de la más
deslumbradora belleza". El poeta español es tan sólo
uno de los muchos artistas que cayeron rendidos ante el colorido
espectáculo. Por nombrar sólo algunos: Ernest Hemingway
escribió dos novelas centradas en el mundo taurino (Fiesta
y Muerte en la Tarde) y una serie de reportajes para la revista
Life; Miguel Hernández, Manuel Machado, Vicente Alexandre
brindaron múltiples versos al tema; Francisco de Goya dedicó
una serie de pinturas al toreo (Tauromaquia); Pablo Picasso usó
como ícono de muchas de sus obras al toro. Por otra parte,
se dice que el toreo es en sí mismo un arte y una expresión
cultural representativa de unas tradiciones ancestrales.Sin embargo,
pese a todas las connotaciones culturales y artísticas que
pueda producir, no se puede olvidar nunca que el toreo es básicamente
una carnicería.
Una muerte
anunciada
Cada vez que
hay una corrida de toros, el animal vive la misma cruel agonía.
Todo comienza en la oscuridad de un chiquero de escasas dimensiones
en la cual recibe la primera señal de lo que le espera: un
arpón con punta de acero se clava en su lomo y las puertas
hacia el ruedo se abren. El toro salta sobre la arena acelerado,
vigoroso, dando saltos. La contienda es desigual. Afuera lo esperan
tres toreros (dos banderilleros y un espada) y un caballo montado
por un picador.Inmediatamente, los toreros vestidos de oro y lentejuelas,
incitan al toro a embestir, gritando y corriendo para que ataque.
Esta primera
escaramuza sirve para que la cuadrilla sepa la forma en que embiste
su antagonista. Los toreros corren hacia los burladeros, que son
unas protecciones de madera al borde de la cancha, detrás
de la cual se esconden y sobre la cual el toro arremete. De esta
forma matador y banderilleros observan la cornada del animal. Si
esta es con la cabeza hacia abajo se dice que es un toro noble,
a diferencia de aquellos que golpean hacia arriba. La cornada noble
es la apetecida por todos los toreros, pues la otra es más
impredecible y obliga al diestro a tomar precauciones que evitan
su lucimiento.
La corrida esta
dividida en tres tercios: el tercio de varas, el tercio de banderillas
y el tercio de muletas. El primero se realiza a caballo por el picador,
quien entierra una larga vara en las carnes de la res, con la intención
de restarle poderío.Los llamados puyasos le provocan al animal
heridas de hasta 14 centímetros de profundidad y 40 de extensión,
provocando hemorragias internas del toro y perforación de
los pulmones. El tercio de banderillas es uno de los momentos más
vistosos de la corrida de toros. A cada toro se le colocan tres
pares de banderillas terminadas en afilados arpones. Esto lo hacen
los banderilleros mediante lucidas carreras y saltos. El tercio
de muleta es el último de la corrida. Este es el momento
más trascendental de la lidia porque el torero demuestra
su habilidad y su arte. Realizada la faena artística, llega
el momento de dar muerte al toro. El matador se situa de frente
al animal con la finalidad de introducirle el estoque (espada) en
un lugar exacto para cortarle la médula espinal. Muchas veces
el torero falla y debe clavar una y otra vez la espada.
Finalmente,
el toro cae en parálisis, pero permanece vivo, para las últimas
torturas: el arrastre y la cortada de orejas y rabo. Cuando el animal
cae al suelo, entran los encargados de retirar el bulto, quienes
amarran el cuerpo del animal a unos caballos. El toro sale arrastrado
del ruedo dejando a su paso una huella de sangre. Si la acción
del torero ha sido positiva, sus orejas serán cortadas y
de haber sido una corrida excepcional, el rabo también. El
toro ha sido vencido nuevamente El torero alza los brazos. Ha concluido
el sacrificio, el simple espectáculo
Sufrimientos
de otra especie
Es difícil permanecer indiferente frente a un espectáculo
que combina sangre, estética y muerte. Más allá
de la atracción que puede producir el simple efecto de sus
artificios, como los juegos cromáticos de trajes de luces
y capas, fente al toreo la discusión de fondo es un tema
moral: la opinión se divide entre los fanáticos, amantes
del toreo, de su historia y de sus particularidades y aquellos que
rechazan duramente la fiesta, por considerarla una expresión
de inmensa crueldad.
En Chile existe
el rodeo y ha surgido una polémica similar a la derivada
del toreo. Bernardo O'Higgins erradicó las corridas de toros
y peleas de gallos en 1823 y esta vieja ley fue ampliada durante
el gobierno militar, en el año 1981(dando muestras de su
preocupación por los derechos animales). En el arículo
291 bis del código penal quedó establecido que: "El
que cometiere actos de maltrato o crueldad con animales, será
castigado con la pena de presidio menor en su grado mínimo
y multa de uno a diez ingresos mínimos mensuales". Tomando
en cuanta esta ley, representantes de la Corporación Protectora
de Animales de Santiago ha iniciado una campaña para evitar
que se siga maltratando animales durante el rodeo.
En contrapartida,
el rodeo se halla amparado legalmente al ser considerado como un
deporte nacional, por la ley Nº19.712, con lo cual se da una
contradicción jurídica. La situación la plantea
el subsecretario del Instituto Nacional de Deportes, Fidel Oteíza,
quien afirma que "la circunstancia de que una determinada actividad
humana se enmarque dentro de lo que la ley define como deporte no
implica, de modo alguno, que dicha actividad se halle sustraída
de las regulaciones establecidas por el resto del ordenamiento jurídico
(...) como el que se tipifica en el artículo 291 bis del
Código Penal que castiga el maltrato de animales". Iván
Muñoz, impulsor de la campaña en defensa de los animales
maltratados en el rodeo afirma que: "Esta situación
deberá ser vista en tribunales y solucionada por la vía
jurídica", (por el apoyo y discusión de la ciudadanía
siempre son importantes").
Cultura y barbarie
En el caso de
las corridas de toros, en España siempre han sido cuestionadas
por las organizaciones protectoras de animales; sin embargo sus
protestas no han podido prosperar en contra de una expresión
popular que se haya enraizada en la historia de aquel país
y forma parte de sus íconos culturales representativos. Una
expresión que fácilmente puede ser calificada de barbarie
encuentra su fuero en ser parte de la cultura. El sufrimiento y
crueldad experimentados por el animal no son argumentos lo suficientemente
fuertes para justificar el fin de una tradición. En Chile,
esta situación jurídica posiblemente ni siquiera llegue
a los medios de comunicación. Hemos de recordar que aún
en las sociedades humanas el animal no es considerado un interlocutor
válido, un sujeto de derechos.
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