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CULTURA

Una grave crisis financiera afecta al Cine Arte Normandie:
El ocaso del cine arte en Chile

La tradicional sala de calle Tarapacá se encuentra a punto de desaparecer debido a serios problemas económicos. Para superar la crisis, sus dueños solicitaron un préstamo de 15 de pesos millones al Banco Estado, el que le rechazaron.

Frente a esto cabe preguntarse cuales son las políticas culturales que propone el gobierno para enfrentar este tipo de situaciones.

Por Francisca Babul y Paulette Dougnac


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El cine arte vive hoy uno de sus peores momentos. Ya cerraron emblemáticas salas como Lo Castillo, AIEP y Espaciocal debido a problemas financieros. Hoy, el Cine Arte Normandie -ubicado junto al paseo Bulnes- también está a punto de sucumbir. Películas como "Una Noche en Casablanca" (1946), "Fresas Salvajes" (1957) o la clásica cinta de David Lynch, "El Hombre Elefante" (1980), podrían desaparecer para siempre de las carteleras locales.

Son muy pocas las oportunidades que tienen los chilenos para ver películas como ésas. Y una de esas escasas posibilidades es el Cine Arte Normandie. Hoy, esta sala está atravesando por una de las peores crisis financieras desde sus inicios hace 20 años. Sus dueños, agrupados en la Corporación Cultural Cinemateca, le pidieron al Banco Estado que les otorgara un préstamo de 15 millones de pesos para continuar con los pagos y el trabajo normal de la sala. Sin embargo, el banco no consideró el patrimonio de mil películas (ver recuadro) que el cine posee como un bien rentable y rechazó esta petición.

El Cine Arte Normandie debe luchar hoy contra la tecnología de grandes consorcios cinematográficos como el Cine Hoyts que también exhibe películas de cine arte en mejores condiciones: butacas cómodas, proyectores de altísimo nivel y altavoces que superan con creces los del Normandie. Sin embargo, ese tipo de complejos no contará nunca con el patrimonio fílmico con que cuenta la tradicional sala de Tarapacá...

Poco a poco y a pesar de los esfuerzos, el público del Normandie va disminuyendo. Aparte de la competencia por parte de los consorcios cinematográficos más grandes, hay que considerar el pirateo como uno de los principales enemigos de salas antiguas como el Normandie. Hoy en día, gracias a Internet, se puede acceder a cualquier película en cosa de minutos. Pareciera ser que la época del celuloide está llegando a su fin.

Una cuestión de mística

Pero a los fanáticos del Normandie no les importan las condiciones técnicas de la proyección. Muchos entrevistados argumentaron que el Normandie tiene una mística difícil de encontrar en otro cine. Definitivamente, esta sala pretende rescatar el sentido romántico de ir al cine: sin muchos efectos especiales, decoración sobria, un toque intelectual y, por supuesto, la exhibición de películas de primer nivel.

Los espectadores, en su mayoría, tienen un perfil definido y son fieles seguidores del cine arte (ver recuadro). Fernando Sánchez, un joven que acude asiduamente al Normandie, comentó a CTN que en Santiago no existe otro lugar que pudiese reemplazar a la sala de Tarapacá. "El Normandie es un cine muy barato que exhibe películas de altísimo nivel. Además, la mística que tiene es definitivamente inigualable" sentenció.

Carolina Martínez, estudiante de 24 años, aseguró a este medio que el cierre del Normandie implicaría "una gran pérdida, pues este es el único cine que va rotando películas que no se pueden conseguir fácilmente". Por otra parte, la universitaria rescató el toque romántico que la sala le brinda al barrio. "Este es un barrio muy especial, hay muchas universidades cerca y la gente que vive por aquí viene frecuentemente al Normandie... este cine es el regalón de todos los que transitan diariamente por los alrededores del Paseo Bulnes", agregó.

En definitiva, una mística única que sólo el Normandie está en condiciones de ofrecer a los seguidores de las películas de cine arte.

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La impotencia del gobierno

A pesar de todo, esta crisis no sorprende. Los dueños del Normandie hace años están tratando de buscar soluciones para evitarla. En noviembre de 1998, la Corporación Cultural Cinemateca presentó a la División de Cultura del Ministerio de Educación un documento que contenía las ideas principales de un estatuto para las salas de cine arte. Sin embargo, luego de cuatro años aún no han obtenido respuesta.

Claudia Gutiérrez, coordinadora de la Unidad de Difusión y Distribución del área de cine de la División de Cultura del Ministerio de Educación, explicó por qué el gobierno no puede intervenir directamente en la crisis del Normandie. Porque por muy valioso que sea el aporte cultural que esta sala ha hecho a la escena nacional, no deja de ser una empresa privada como cualquier otra. Por eso el Estado sólo puede ayudarla a través de los instrumentos que ya están destinados para ese tipo de apoyo como el FONDART (Fondo de Desarrollo de las Artes y la Cultura), fondo al cual el Cine Arte Normandie ya ha postulado y ganado en ocasiones anteriores.

"Más allá de eso, para una entidad pública es muy difícil poder ayudar a una empresa en una gestión que es netamente privada", explicó Gutiérrez. Y esto no significa que se desconozca la importancia de este cine: "Todos estamos sumamente conscientes del importante rol que ha cumplido y sigue cumpliendo el Cine Arte Normandie en la formación de un público un poco más preparado y educado. Sería terrible que ese espacio se cerrara", reconoció la representante del Ministerio de Educación.

El Cine Arte Normandie posee un patrimonio fílmico invaluable, consistente en mil cintas de cine arte, de las cuales muchas son únicas en Chile. Pero por mucho que nos duela, el Normandie es un cine como cualquier otro, por lo tanto no puede recibir una asistencia extraordinaria. Gutiérrez explica que ayudarlo en este momento pasaría por una situación especial de apoyo a las salas de cine arte en general, no sólo a la del Normandie, pues abocarse a rescatar a esa sala en particular sería injusto para los otros cines de la misma tendencia.

No cabe duda de que el problema de esta sala, nacida a principios de los ochenta, dista de ser simple. Como dice la funcionaria, el problema del Normandie es muy difícil de abordar, porque aún tenindo en cuenta el importante papel que han tenido este tipo de salas en el desarrollo cultural chileno, nada se puede hacer contra el crecimiento que han tenido los espacios comerciales en la difusión de cine arte, como ocurre con el cine Hoyts de la Reina, cuya infraestructura, tecnología y capacidad de publicitarse no tienen comparación con el romántico pero modesto Cine Normandie.

Una última esperanza

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Mayo será un mes dedicado a los directores David Lynch y Emir Kusturica.

El asunto de un crédito, en tanto, se escapa completamente de las manos del ministerio. "Si una entidad financiera no les quiere dar un crédito, no es algo en lo que el Estado pueda tener alcance y no es de su competencia tampoco", señaló Gutiérrez. La única alternativa sería, según la experta, postular a un crédito CORFO (Corporación de Fomento de la Producción) o solicitar la asesoría de esta empresa para poder solucionar los posibles problemas de gestión que pudieran estar provocando el déficit económico del cine.

Pero al parecer el drama del Normandie va mucho más allá de un problema de gestión. A través de un comunicado de prensa emitido por los dueños del cine, se plantea el problema que constituye el hecho de que las salas de cine arte estén sometidas al mismo estatuto legal, tributario y económico, que los cines comerciales, con los cuales simplemente no se puede competir. Es por esto que, al parecer, es inevitable que los espacios tradicionales vayan sucumbiendo, como ya sucedió con salas de cine arte como Espaciocal, Lo Castillo, La Rioja y AIEP.

Este año las postulaciones para el FONDART se abrirán a fines de abril. Para recibir un apoyo mediante este fondo el Normandie debería presentar un proyecto cultural, ya que el fondo apoya iniviativas y no instituciones. De no resultar esta vía, el caminos se ve difícil. A principios de mes, uno de los socios de la Corporación Cultural Cinemateca - propietaria del Normandie - , Alex Doll, estimó la supervivencia de la sala en tres meses. Ya comenzó la cuenta regresiva. Tal como dijo Doll, el único sustento real de este cine es su público.

El perfil de los adeptos al cine arte
No es complicado reconocer a los clásicos espectadores de cine arte. Aquí van algunas características que los distinguen:

- Antes de que comience la función, se les verá devorando algún tríptico informativo en donde puedan obtener información del director y la obra elegida. También se les verá analizando las cintas que se expondrán en los próximos días.
- Generalmente, tienen estudios universitarios, saben más de cine que un espectador corriente y son fieles al "circuito alternativo".
- Muchas veces viven en el mismo barrio de la sala a la que acuden, lo que le da un toque más íntimo al hecho de ir al cine. - Prefieren ingresar temprano a la sala para apreciar las sinopsis de futuros estrenos.


El Patrimonio Fílmico del Normandie
El Cine Arte Normandie cuenta con mil películas en celuloide, un invaluable archivo que contiene clásicos como:
"Fresas Salvajes" (Ingmar Bergman), "La Dolce Vita" (Federico Fellini), "Octubre" (Sergei Einsestein), "Stalker" (Andrei Tarkovsky), "El Rayo Verde" (Eric Romher), "El Hombre Elefante" (David Lynch), "El Gran Dictador" (Charles Chaplin), "Nos Habíamos Amado Tanto" (Ettore Scola), "El Último Metro (Francois Truffaut).

 

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